
En todo caso es curioso como una novela tan minúscula se haya convertido en una de las más famosas de la historia de la literatura. Cervantes dejándose los ojos y los dedos escribiendo en pergaminos su voluminoso Don Quijote y Kafka, seguramente con una maquina de escribir (esto es cosa mía, que no lo sé), redactando cuatro folios y pasando a la historia de la literatura mundial al mismo nivel. Vale, cierto que también tiene otras novelas grandotas.
Para concluir cuanto antes esta entrada y ponerme al día después de un mes de lecturas rápidamente voy a a destacar dos cosas.
Primero o the first one. O este Kafka escribía de forma genial, esto desde luego es una obviedad, o el traductor es un genio. O ambas cosas. Y es que muchas veces cuando leo novelas traducidas al español, me da la sensación de que la prosa es inferior a la escrita en castellano. Siempre he pensado, y con razón, que la traducción nunca puede ser perfecta. En este caso, me sorprende muy positivamente, me admira diría también, lo bien que se puede leer esta historia. No me pregunten que edición tengo que no me apetece levantarme a verlo.
También, por otro lado me llama la atención, ahora me viene a la cabeza, antes que hemos hablado de Cervantes, seguramente no tenga razón, que los grandes escritores antiguos tenían unas biografías en general muy vitales. Quiero decir que les pasaban cosas y vivían aventuras. Mayormente al aire libre, salvo cuando iban a la cárcel por algún turbio asunto. En cambio este Kafka como sucede con otros autores más contemporáneos, parece que tiene otro perfil. Concretamente el del intelectual atormentado, algo apocado, de vida gris, incluso enfermizo y eso si, gran vida interior (como contraste con una escasa y gris vida exterior…) No sé, seguramente estoy mal informado pero parece que los antiguos escritores y artistas en general estaban hechos de otra pasta. Como más vitales. ¿Será así?. Yo creo que es que a muchos no les da el sol lo suficiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario