viernes, 1 de agosto de 2014

Los duendes de la camarilla. Benito Pérez Galdós. Episodios Nacionales.



          La continuación de “Narváez” convierte a uno de los personajes de esta cuarta serie, Lucila Ansúrez, de protagonista secundaria en principal. La guapa “celtibera” será la estrella absoluta de las doscientas y alguna páginas de esta entrega (la 33 concretamente) de los episodios.



       Antes de nada aclarar que el curioso título de la novelita  hace referencia a unos hechos y personajes a los que ya nos habíamos acercado en las dos anteriores entregas: El medro personal y las camarillas que rodeaban a la corte y que intentaban influir muchas veces desde dentro del propio palacio, en la voluntad de los gobernantes, muy especialmente en la propia reina. Estamos en el inicio de la década de los 50, reina Isabel II, y las luchas de poder se suceden en diversos ámbitos. Por un lado, a izquierdas y derechas del régimen en todo el país. Por otro, dentro del propio palacio, las intrigas cortesanas tienen como objetivo influir en la reina, procesos que llevan a cabo personas cercanas a la corte, con la inestimable ayuda intelectual y no intelectual, de monjas (alguna “productora de llagas”) y clérigos.



      A nuestra protagonista, la guapa Lucila, la encontramos en las primeras páginas escondiéndose de todo el mundo. Recorre de forma clandestina las calles de Madrid, para poder acceder sin levantar ninguna sospecha en una casa más clandestina aún. La que alberga, de forma temporal, mientras se acaba de recuperar de las heridas producidas en subversivas circunstancias, a su enamorado. Así, empezamos ya con el folletín desde el comienzo. Poco a poco iremos conociendo a otros personajes fundamentales como por ejemplo su ex compañera de convento, Domiciana, exmonja reconvertida en cerera  y experta también en plantas medicinales. Pero lo importante no son ni sus oficios ni sus aficiones si no sus relaciones en palacio y la ambigua relación que supuestamente va a establecer con el noviete militar de Lucila. El Episodio  dará un giro importante en su aspecto novelesco y que determinará el resto de las páginas: Su enamorado y subversivo capitán herido desaparecerá en un momento dado y a partir de aquí la novela se convierte en el frenético recorrido de Lucila por dar con el paradero de su perdido amante.

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