
Segunda novela que me leo del
autor británico y confirmación de que estamos ante un escritor de categoría
mayúscula. Si Expiación me pareció
realmente buena, este Sábado, no le va a la zaga. Su manera de describir
minuciosamente hechos y pensamientos es sobresaliente. Realmente impresiona su manejo del idioma, (aunque se lea traducida¡¡),
pero uno por momentos no puede dejar de sospechar que el autor, consciente de este don, parece a veces
recrearse en el más pequeño detalle, como regodeándose por momentos en su maestría.
Ian
Son muchas cosas las que me han
gustado de Sabado y pocas las que me han chirriado un poco (aunque las hay).
Sobresaliente resulta su forma de introducirnos en la mente del protagonista,
al que a pesar de la distancia, como la que hay entre realidad y ficción, podemos entender perfectamente. Su plena
coherencia. Y a través de él, no solo se describe la vida de la amplia clase
media de Occidente (¿estará en peligro?), si no que que además
se reflexiona sobre nuestra sociedad. A destacar el tema de la guerra de Irak.
Hay que decir, que la novela está ambientada en los días previos a la invasión
de este pais del medio oriente y el autor hay que agradecerle como nos plantea, a través del padre y de la hija, diferentes posturas ante este acontecimiento. Todas sensatas, razonables y coherentes. Y hay que decir que ambos tienen razón, ambos exhiben
razonamientos a su modo inapelables.
Un pequeño/little spoiler: lo cierto es que el final me ha chirriado un poco. No digo que esté
mal, por que no es así, me ha gustado de hecho, pero se producen algunos acontecimientos
que desde mi modesta opinión resultan menos creíbles, sobre todo lo relacionado
con la operación de Baxter. Seguramente, después de haber leído alguna
entrevista al autor, se deba a que pretendía contarnos alguna cosa más como el
perdón, o como cambia la vida en un
instante, lo que está muy bien, pero no
sé, no me acaba de convencer. Es una opinión.
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