
Eso si, no podemos comparar su éxito de ventas, al menos en España, con el de otros fenómenos literarios tipo Follet, Coelho o Larsson. Recuerdo haber visto, hace un par de años o así, un vagón completo de metro donde todos los libros que se leían (bueno, casi todos) eran alguna de las entregas de la trilogía Millenium, una alucinante y sobre todo extraña unanimidad digna de análisis por parte de un sociólogo o similar.
Si, tanto ver el careto de este hombre en los suplementos literarios me ha motivado a acercarme a sus libros, eso si, con cierto retraso ya que la verdad no soy muy aficionado a las novedades editoriales (nunca he podido entender esa obsesión que tienen algunos, por tirarse de cabeza a las novedades, en algunos casos haciendo largas colas). Realmente no entiendo por que una novela (o CD, o película) recién publicada es más interesante que otra, p.e. de 2002, 1987 o 1888. Así que decidí, por fin, hacerle un hueco al tal Franzen en mi programación lectora, y en una de mis visitas a la biblioteca pública me encontré, no con Libertad (debe de estar solicitadísima), si no con otra novela titulada "Zona fria", por cierto una buena edición. Y tras terminar su lectura decir que me ha gustado lo suficiente como para aseverar que "Libertad" será uno de mis próximos objetivos.
Este hombre ha sido portada en el Time.
Zona fría, es una novela autobiográfica en el que el autor nos va desgranando diversos episodios de su vida (es lo que tienen las autobiografías), desde su tierna infancia hasta los años presentes. El repaso a sus recuerdos se inicia con la visita que hace el autor a la casa familiar en St. Louis, con la misión de venderla tras la muerte de su madre. Parecen este lugar y esta situación un buen punto de partida para recordar hechos de una vida. Y así nos empieza a desgranar todo tipo de situaciones, recuerdos y reflexiones. Como, por ejemplo, las que realiza acerca de la tira cómica Peanuts, de la que nos hace un exhaustivo análisis de los personajes y también del propio dibujante. Resulta interesante lo que nos cuenta y eso que no sé si la he leído alguna vez. También el relato nos acerca a sus años de instituto donde nos habla de su pertenencia a una extraña
asociación juvenil de nombre Compañerismo, a medio camino de los Boy Scouts y de una congregación religiosa. Igualmente dedica unas cuantas hojas a explicarnos algunas de las bromas que el y algunos compañeros gastaban en su época escolar. Para ilustrarnos mejor llega a incluir en la novela algunos dibujos en los que nos explica, por ejemplo, como pretendían introducir un neumático en el mástil de la bandera. Finalmente (salto otros asuntos) termina hablándonos de sus experiencias como aprendiz de ornitólogo, con unos paseos por el campo en los que hay espacio para algún momento incómodo como el que le produce algo tan simple como haber equivocado la identificación de una especie. En definitiva, y a esto quería llegar, Franzen nos habla de cosas cotidianas intercalando anécdotas con reflexiones más profundas. ¿Será este su estilo en siguiente entregas?.