jueves, 9 de mayo de 2013

Las correcciones. Jonathan Franzen

             Cuando uno escucha que alguien ha leído un tocho de 600 o 700 paginas en menos de dos semanas, y se trata de un individuo/individua que no está todo el día en casa, tal vez con la pierna quebrada o similar, si no que tiene una jornada laboral y una vida social, debemos de suponer que la lectura ha tenido que resultar muy interesante. Pues ese es mi caso ya que han sido justamente 10 o 12 días los que he necesitado para terminar Las correcciones, pero… aunque ha sido grata su lectura, no diría que la calificación llegue hasta un “muy grata”. Si, no creo que esta novela vaya a formar parte de mi lista de novelas favoritas, de hecho de la corta lista de libros que he leído del famoso Franzen, tres en total incluyendo la no menos famosa Libertad, seguramente ocupe el último, y por lo tanto tercer, lugar.
            
            ¿Por cuálo?
           
            Pues, a ver, directamente: Le sobra minuciosidad, creo que el autor, para mi gusto evidentemente, se recrea en exceso en el pequeño detalle, en el mínimo suceso; si, se ve crecer la hierba, como al parecer alguna vez dijo Woody Allen acerca del cine europeo.
 
        Alguien dirá y no le quito la razón por que todo esto es una cuestión de gustos, que esa forma de escribir, de describir, consigue adentrar al lector dentro de los personajes, de sus dramas personales, de sus deseos y frustraciones. Pero yo opino que el autor tal vez se exceda un poquito en la minuciosidad, en el detalle, se me viene a la mente el símil con ese jugador de fútbol que regatea, toca, regatea,  toca y vuelve a regatear. Sinceramente me han sobrado descripciones.
 
       Justamente, y ahora viene la odiosa comparación, Libertad me gustó más, creo que es más directa, cuenta más cosas, con parecida extensión (a mi esto me parece importante) e incluso me parece más divertida. Si, yo soy más de Libertad que de Las correcciones. Eso si, ambas son  novelas que tiene muchos puntos en común, aparte de estar fantásticamente escritas.
 
      En Las correcciones se nos cuenta la historia de una familia que parece responder a un arquetipo de la clase media norteamericana. De paso, y aprovechando las vivencias laborales y personales de los personajes, Franzen nos va a  hablar de muchas de las cosas que sucedieron durante estos años. Un amplio campo que va desde lo que fue la anterior (y menor) crisis económica, a  los famosos sindicatos de camioneros, pasando por los (delirantes) procesos de cambio en los países del este de Europa tras la caída del comunismo:



Los protagonistas son los siguientes, y con esto doy por terminada esta entrada, bye, bye:
 
Alfred. El padre de la familia, cerca de los 75, incipiente Parkinson-demencia senil. Es/fue un hombre de los de antes. Serio, respetable y trabajador.
 
Enid. La mamá, de edad andará como su marido. Un poco quiquillosa. Algo controladora, le importan las opiniones que tengan sus vecinos y amigos sobre ellos.
Gary. Hermano mayor. Ha heredado el gen depresivo del padre, igualmente su sentido de la responsabilidad. Hombre de éxito tiene que batallar con su mujer, un poco cruel. Tal vez intente ser una "corrección" de su padre.
Chip. El mediano. Intenta abrirse camino como escritor. Trabajó como profesor en la universidad  pero le pusieron de patitas en la calle. Acaba en un extraño lío en Lituania. Me recuerda un poquito al personaje de Richard en Libertad.
 
Denise.  La pequeñaja de la casa. Ha dado algunos tumbos pero no parecen nada graves, no tiene más de 32 años. Le ha dado tiempo a muchas cosas, casarse, divorciarse, experimentar con su sexualidad y ser una chef de éxito.
 
 

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