martes, 11 de marzo de 2014

Civilización. Occidente y el resto. Niall Ferguson


         Título provocador para un libro a medio camino entre la historia y el ensayo en el que se nos cuenta una tesis. La que sostiene que desde el 1500 D.C. (aprox) ha habido una civilización muy superior al resto. Una civilización, la que conocemos como occidental,  que ha ganado por goleada al resto. Todo un 6 a 0 con goles de Cristiano(s). (Me voy a permitir esta completa subnormalidad). Si, decir  hablando de “civilización”, que  tenemos a Occidente (nosotros) y luego al resto, lo que me recuerda, al menos en cuanto a las formas, al estilo Mourinho.


        Dejemos el fútbol (ni siquiera soy un gran aficionado) y el título. Vayamos con el autor. Nial Ferguson (joder, si es que tiene nombre de técnico futbolístico británico) es terreno conocido en este blog ya que este es el tercer libraco que me leo en los últimos 2 años y que como ya es hábito en mi persona, del que redacto su correspondiente entrada. El escocés es un historiador quizás más conocido por haberse dedicado algunas obras al estudio de la historia económica y lo ha hecho de forma brillante. Su El triunfo del dinero es un libro en mi opinión magnífico que desde luego aconsejo a todo hijo de vecino interesado en saber el porqué de las cosas económicas. (Luego que cada uno saque su propia conclusión). Frente a otros autores como Fernández Armesto que inciden en la idea de que cada civilización se adapta a sus necesidades determinadas por sus circunstancias geográficas-climáticas, Fergusón no se corta un pelo y nos va a indicar con el dedito que (en su opinión) si ha habido una civilización superior y que al menos desde el punto de vista mensurable del desarrollo científico,  la esperanza de vida y otros factores de este estilo,  ha triunfado sobre otras. Por supuesto esta civilización es la suya, (noto desde luego que tiene gran simpatía por lo anglosajón).



     ¿Cuáles fueron las razones que hicieron de Occidente y su Civilización, así con mayúsculas, la más poderosa y sobre todo influyente, durante ese periodo de la historia?. La contestación a esa pregunta las tenemos en los capítulos de libro.


        Así en el primero nos habla de la competencia. Atribuye justamente al gran número de estados que había la Europa de aquellos años una dinámica de rivalidad en todos los aspectos (destacando el militar) y que tuvo como consecuencia una proliferación de iniciativas competidoras (mucho “emprendedor”, como se dice ahora). A diferencia de esta cultura y esa competencia que se establece entre los diversos estados europeos por el control, por ejemplo, del comercio de las especias el autor contrapone el cerrojazo que tiene lugar en Oriente y que ejemplifica en  China y Japón. Concretamente nos cuenta el autor que por aquellos años (hacia 1500) China podría haber sido el candidato perfecto para liderar el mundo en los siglos sucesivos ya que el gigante asiático era en ese momento uno de los más adelantados tecnológicamente (a lo que habría que añadir lo considerable de su tamaño y población). Pero, sorprendentemente, y a diferencia de lo que hicieron los europeos, lejos de expandirse y de abrirse al comercio mundial decidieron cerrar sus fronteras y practicar el soliloquio comercial y cultural. También hay que destacar el tirón de orejas de Ferguson al confucionismo, filosofía a la que acusa de fabricar burócratas.


        Pero el historiador británico, como Mourinho, tiene cera para todos. En el segundo capítulo la coge con el mundo musulmán y muy especialmente con su representante más destacado,  el Imperio Otomano, que justamente hacia esos años del 1500 se encontraba en pleno acoso al centro de  Europa. En este caso atribuye el triunfo de Occidente al desarrollo científico que va a encontrar mejor campo de cultivo en Europa pese a que tradicionalmente el mundo musulmán había estado bastante adelantado en esos aspectos durante la Edad Media. Como paradigma del apoyo a la cultura y la ciencia nos pone ejemplo del prusiano Federico el Grande todo un del monarca ilustrado preocupado por la cultura y la ciencia.

        En el tercer capítulo le toca el turno a América. Aquí nos habla de la diferencia de evolución entre América del norte y Latinoamérica. Pero no es el idioma la clave. La clave para el autor o por lo menos el aspecto que más destaca, es la diferencia en las formas de propiedad. Grandes haciendas/terratenientes versus pequeños propietarios.

Cuarto punto. Medicinas. Nos vamos a África a hablar de Imperialismo y de lo mal que estaba y sigue estando este continente.

Quinto. El consumo es considerado como otras de las claves del triunfo de Occidente. Curioso, aunque no sé si viene mucho a cuento, las páginas que dedica a la expansión “all around the world”, del pantalón vaquero. El jean como símbolo de libertad.

Sexta y definitiva clave para Ferguson es la ética del trabajo que asocia con la Europa del protestantismo. Ahondando en este tema nos habla, como síntoma del éxito económico de China, la expansión de esta forma de cristianismo en algunas zonas del país.

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