viernes, 28 de febrero de 2014

La inmortalidad. Milan Kundera


         Segunda novela que me leo del autor checoslovaco (pero al parecer afincado en Francia). La primera, y reseñada en este blog, La insoportable levedad del ser, me gustó mucho. Esta no tanto.


          Puedo decir, por decir algo realmente ahora que tengo un ratito, que de alguna manera me temía algo así. Cuando leía y disfrutaba de la La insoportable levedad pensaba… ¿Serán todas sus novelas tan interesantes? Y me respondía a mí mismo en un dialogo interior: Tal vez si… tal vez no. Acerté de pleno en mis reflexiones obviamente.


          Digamos que en La insoportable levedad me pareció un libro redondo, toda una obra maestra entre otras cosas gracias a que encajaban a la perfección las diferentes partes o estructuras de la novela.  Primero porque nos cuenta de forma muy interesante un episodio histórico como la conocida como “Primavera de Praga”, aquella revuelta frente a la asfixiante dominación soviética. Segundo, narraba una igualmente interesante y sugerente historia de amor a varias bandas. Tercero, reflexionaba filosóficamente sobre lo que somos, dejamos de ser, somos para los demás etc., etc. La (brillante) combinación de estos tres asuntos, narración y reflexión histórica, narración y reflexión sentimental y reflexión pura y dura es lo que convierte a esta novela en un fantástico relato más que recomendable


¿Qué sucede en esta novela de la que hablamos ahora titulada la Inmortalidad?


         Pues en este caso desaparece la interesante narración histórica. Aprendemos menos. No tenemos un tema interesante. El asiento de tres patas se queda en dos y nos podemos meter la hostia- tampoco es para tanto-.


        La inmortalidad se me ha hecho densa. Kundera se pone a reflexionar pero yo creo que se pasa un poco. Demasiada metafísica. Demasiado darle vuelta a las cosas. Luego ¡¡tanto cameo¡¡. Que si Goethe, que si Beethoven, que si un Rubens fuera de época. Sus peripecias interesan, sus anécdotas molan, pero tampoco estamos ante nada del otro mundo. Tendría que añadir para ir acabando que creo le sobran reflexiones o simplemente páginas. La prueba es muy simple. Hasta la mitad del libro o así lo llevaba bien, pero acabarlo, me ha costado e incluso me he medio saltado unas cuantas páginas. He terminado un poco agotado con las extrañas aventuras de Esther, Agnes, Paul y Pastorious o como se llame el tipo ese.


         ¿Recomiendo fervientemente La insoportable levedad del Ser?. Si, por Dios, si (siempre y cuando las reflexiones filosóficas las digieras bien).


¿Recomiendo fervientemente La inmortalidad? Solo a los Kunderanos militantes.


Es mi opinión, eso si.      

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