
Pérez Galdós continua con su maratoniano recorrido por la
historia del siglo XIX español y en esta ocasión nos acercamos a los momentos
finales de esta cainita contienda, que no fue ni la primera guerra civil en nuestro país,
ni tampoco la última. Un conflicto al que el escritor canario dedicó unos cuantos episodios y al que volverá en posteriores entregas.
En cuanto a la trama, seguimos los pasos del protagonista principal de esta serie, Fernando Calpena, romántico personaje, incansable aventurero en la política y en temas del corazón, (ahh, el amor). En el primer caso sus buenas artes para la intermediación van a llevarle, convenientemente disfrazado, a adentrarse en territorio carlista con la idea de comprobar la disponibilidad de los mandamases carlinos a un posible final negociado de la contienda. Lo cierto es que a esas alturas de la guerra, los hechos (batallas) demostraban que el bando carlista iba a tenerlo muy difícil para vencer. Y más tratándose de la parte norteña del territorio faccioso, totalmente rodeado por las tropas cristinas. El parapeto de las montañas vasconavarras, por otra parte, complicaban la victoria definitiva de los constitucionales. Además dentro del bando faccioso habían empezado a surgir las discrepancias, diferentes formas de entender las cosas, desde como se llevaba la guerra hasta la disposición a un acuerdo con el gobierno de Madrid. En el fondo una división entre los más acérrimos y radicales y los más moderados, más propicios para llegar a un acuerdo, encabezados por el General Maroto, destino último de la intermediación de nuestro héroe Calpena. Convenio, pacto, abrazo o armisticio que finalmente va a tener lugar y que nos va a retratar Galdós, como no, de forma extraordinaria. Verdaderamente impresionante la narración de las negociaciones y el retrato personal del propio Maroto. Contradicciones, nervios, lamentaciones y dudas que uno puede comprender perfectamente a la vez que disfrutas como un enano con la lectura de al menos las 50 últimas páginas.
En cuanto a la trama, seguimos los pasos del protagonista principal de esta serie, Fernando Calpena, romántico personaje, incansable aventurero en la política y en temas del corazón, (ahh, el amor). En el primer caso sus buenas artes para la intermediación van a llevarle, convenientemente disfrazado, a adentrarse en territorio carlista con la idea de comprobar la disponibilidad de los mandamases carlinos a un posible final negociado de la contienda. Lo cierto es que a esas alturas de la guerra, los hechos (batallas) demostraban que el bando carlista iba a tenerlo muy difícil para vencer. Y más tratándose de la parte norteña del territorio faccioso, totalmente rodeado por las tropas cristinas. El parapeto de las montañas vasconavarras, por otra parte, complicaban la victoria definitiva de los constitucionales. Además dentro del bando faccioso habían empezado a surgir las discrepancias, diferentes formas de entender las cosas, desde como se llevaba la guerra hasta la disposición a un acuerdo con el gobierno de Madrid. En el fondo una división entre los más acérrimos y radicales y los más moderados, más propicios para llegar a un acuerdo, encabezados por el General Maroto, destino último de la intermediación de nuestro héroe Calpena. Convenio, pacto, abrazo o armisticio que finalmente va a tener lugar y que nos va a retratar Galdós, como no, de forma extraordinaria. Verdaderamente impresionante la narración de las negociaciones y el retrato personal del propio Maroto. Contradicciones, nervios, lamentaciones y dudas que uno puede comprender perfectamente a la vez que disfrutas como un enano con la lectura de al menos las 50 últimas páginas.
gracias
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