
Hay que decir que la
novela islandesa más famosa, eso dicen los que entienden, es Gente independiente
de Halldor Laxnes, la cual, por cierto, espero leer en breve (eso si, me acabo de
enterar de que es un tocho de más de 600 páginas) en un país donde la gente lee
tela marinera. Cosas del tiempo (malo = invitación a estar en casa) y de
un buen nivel cultural. Igualmente y como consecuencia de lo anterior, y como sucede en otros países nórdicos, la gente se anima a escribir. (Ahora que me acuerdo, creo haber leído que uno de cada cinco islandeses- islandés arriba, islandés abajo- ha escrito un libro). También recuerdo, esta entrada está llena de recuerdos, y como prueba fehaciente de lo
dicho anteriormente, que en todos los alojamientos en los que me hospedé, por muy austeros que fueran, (y muchos lo eran, mi
presupuesto no daba para más), tenían una estupenda lamparita en la cama para poder
leer a pierna suelta.
Cuando se habla de escritores islandeses actuales, hay un nombre que aparece siempre y es el de Indridason, considerado uno de los mejores escritores actuales de novela negra, un género al que son muy aficionados en el norte de Europa, curiosamente una zona con un bajo índice de criminalidad. A pesar de que un servidor no es especialmente aficionado a este genero, decidí conocer algo de la obra de este Indridason.
Total vayamos con
Invierno Ártico, la trama no parece que sea muy novedosa: Cadáver encontrado, un
niño, por lo que hay que buscar a los culpables. Todos sospechosos. Familiares, vecinos, pederastas
(es un niño), racistas (es inmigrante). La búsqueda la llevan a cabo un terceto
o cuarteto de policías de distinto rango, que tienen unas vidas familiares, un
pasado y una forma de ser particular. Las pesquisas se van sucediendo y al
final en las últimas páginas el misterio se aclara.
Aunque
del párrafo superior se pueda deducir cierta falta de
entusiasmo acerca de esta novela, he de decir que la he leído con alegría, terminándola en
menos de una semana, y que no está mal. Lo mejor es que se lee muy fácil y que
el escritor tampoco nos vuelve locos con profundas reflexiones ni nada de eso. También, aunque menos quizás de lo esperado, se reflejan algunos aspectos de la vida y sociedad islandesa.
Está bien. ¿La recomendaría? Si, a los aficionados a la novela negra, y a todo
aquel que haya visitado Islandia.