lunes, 4 de abril de 2011

El equipaje del rey José. Benito Pérez Galdós

           Rumores. Muchos rumores. En palacio hay más movimiento de lo acostumbrado. Unos dicen que el rey se va al Pardo. Otros, ironizan,  que a Valladolid a refrescarse el gaznate con el vino de la ribera del Duero y también los hay que piensan que por fin va llegar el día esperado. El día en que los franceses, con su rey intruso al frente, desalojan por fin España.  Pero hay que tener cuidado con alargar demasiado las conversaciones.  Las fuerzas de ocupación, temerosas siempre de las revueltas populares, no permiten que se formen corrillos de gente.
             Así comienza este “Episodio”, primero de la segunda de las cinco series en las que D. Benito articuló sus Episodios Nacionales. Estamos en el año 1813, y efectivamente, uno  de los rumores que circulaban por Madrid era cierto. El "francés" desalojaba definitivamente nuestro país.  La brava lucha de guerrilleros y soldados ( ejércitos español y británico) había dado sus frutos.


         El título de “El equipaje del rey José”, hace referencia al parecer al botín que se llevaron los franceses  en su huida. Obras de arte, joyas, muebles valiosos y, por supuesto, dinero.  Como dice Galdós, si hubieran podido se habrían llevado hasta las piedras de palacio. De hecho alguna importante colección de arte tiene su origen en los acontecimientos de estas jornadas.
           En este episodio estrenamos un personaje fundamental en  venideras entregas. Se trata de Salvador Monsalud,  personaje que protagonizará la segunda serie.  En su primera aparición le encontramos formando parte del ejercito de ocupación. ¡¡Galdós elige como protagonista a un afrancesado¡¡. Pero como todo en la vida tiene una explicación. Necesitado de dinero e influenciado por su tío, su alma cándida no vió  ningún problema en ganarse el  salario que le ofrecían  los invasores. Cuando las cosas se ponen feas nadie quiere aparecer como colaborador de los franceses. Los afrancesados pretenden no serlo. No es el caso de Monsalud. Ha dado su palabra, la cumplirá y asumirá consecuencias tales como ser repudiado por su propia familia.
           Galdós es un genio de la novela y lo vuelve a demostrar. Siguiendo a Monsalud seguimos el convoy de los franceses, acosados por todos los flancos por los guerrilleros y tropas regulares. Y curiosamente pasamos por la patria chica de Monsalud donde sabemos algo más de este personaje que no vamos a desvelar.

          Por último no voy a dejar de  poner un trocito del libro, concretamente uno que me ha llamado la atención por que refleja bien claramente la crudeza y salvajismo de la guerra. Uno en que un compañero de armas de Monsalud, un tal Jean-Jean,  dice lo siguiente: 

"Pueden tus paisanos colgar de los arboles racimos de franceses, descuartizarlos, meterlos en los pozos y asarlos en los hornos, y nosotros no podemos ni siquiera desorejar a uno de tus desalmados  curas y monagos"  

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por tu blog.He leido algunas entradas tuyas, algunas de Baroja.Este libro que comentas de Pérez Galdós me gustó especialmente ya que resido en Vitoria. Me gusta cómo refleja ese contraste entre la España liberal y la España carlista.

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  2. Gracias compañero/a. Coincidimos en gustos Baroja y Galdós son mis favoritos. Gran ciudad Vitoria. Lo pude comprobar la pasada Semana Santa y eso que llovía a mares¡¡¡

    santiago

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