lunes, 26 de septiembre de 2011

Los Cien mil Hijos de San Luís. Benito Pérez Galdós

          ¡Vivan las caenas¡, ¡vivan las caenas¡¡. Este grito, este corto eslogan, parece que sustituye al trágala. Y es que las tornas han cambiado. Una vez más. El Trienio Liberal llega a su fin. El sueño de la nación, de la constitución y de la democracia ha terminado. De momento. Esto es como la canción. .. "Un pasíto pa lante maria... un pasito pa tras", cantaba aquél, concretamente el cargante Ricky Martín. "Un pasito pa lante un pasito pa tras" era la manera en la que se movía la historia democrática y constitucional de nuestro país. Y más en estos primeros años, donde el liberalismo representado por la iniciática constitución del 12, la de Cádiz, alias la Pepa. era más que endeble.
       Año 1823. Los cien mil hijos de San Luís, nombre que recibió el ejército francés que invadió nuestro país,  se disponen a entrar en terreno español. Y todo parece apuntar a que  encontrarán todavía menos resistencia a la que encontraron en 1808. De hecho no dejan de ser bien recibidos por una buena parte de los españoles. Parece de locos, pero se prefiere lo de fuera con tal de que se restaure de nuevo  el lema Dios, patria y rey (absoluto).
       Para conformar el relato novelesco, Galdós, nos cuenta el mismo, se sirve de dos textos escritos unos cuantos años después de sucederse estos acontecimientos. Se trata de una especie de memorias que pertenecen a una mujer que vivió con intensidad aquellos delicados momentos. A la mujer ya la conocemos. Se trata de Jenara, aquella atractiva joven que compartía  su amor con representantes de la dos Españas. Los recuerdos de Jenara sirven, como no, para introducirnos dentro de los movimientos políticos del fin del Trienio Liberal. Y no es que a Jenara le interese la política que no le interesa. Su interés es Monsalud, por el que siente un amor compulsivo, casi enfermizo.

        Así que siguiendo a Jenara, como es costumbre en Pérez Galdós, vamos a revisar todos los acontecimientos políticos del momento y también la deriva personal de la propia mujer: Viaja por el país, medra y engaña con tan solo una idea en su cabeza: Tener a Monsalud a sus pies. Gracias a su relato recorremos buena parte de la geografía nacional, primero Cataluña, luego Madrid,  más tarde Sevilla y finalmente Cádiz. Parecida dirección llevan las tropas francesas que de arriba a abajo, de norte a sur, van avanzando sin mayor oposición ante la rendición o mera deserción de los ejércitos gubernamentales, llegando definitivamente hasta la ciudad de Cádiz donde tras la definitiva batalla del Trocadero, tan celebrada en Francia, consiguen su objetivo: Volver a colocar a Fernando VII en el trono con todas las de la ley. Una ley donde no tendrá cabida la reconciliación  y si la venganza.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes!
    Te escribía porque me he leido este libro y la verdad es que se me ha hecho muy muy pesado y lioso... mi pregunta es: si tienes que poner una introduccion, un nudo y un desenlace ¿dónde lo pondrías? Sobre todo el nudo y desenlace es que me parece imposible ubicarlos perfectamente.
    Creo que Galdós no es mi hombre...
    Un saludo!

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  2. Hola Laura.

    Díficil pregunta. Quizás, pienso, al tratarse de una novela que tiene unos antecedentes ( los anteriores Episodios) y una continuación ( los siguientes) no tenga claramente eso de nudo y desenlace. Pero bueno, lo importante es que guste o no. Yo reconozco que soy un apasionado.

    Saludos.

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