Otro libro de
historia de esos que más que intentar explicarla (la historia, me refiero)
pretende entenderla e interpretarlo (la historia, obviously). En este caso, y
aunque el título no parezca tener mucho que ver, el autor va a analizar como
los imperios, básicamente europeos, han utilizado la tecnología para sojuzgar a
otros pueblos carentes de aquella, o al menos con un cierto retraso en su
conocimiento y uso.
En los diversos
capítulos el historiador nos va contando la ventaja competitiva que supuso
acceder a adelantos marineros, en armamento
o en el campo de la medicina. Si
el hombre blanco pudo ir a conquistar terrenos habitados por personas de tez
más oscura lo hizo en gran parte amparados
en un mayor potencia tecnológico (esto, por cierto, parece una continuación o
parte, de Armas acero y gérmenes de Jared Diamond). Curiosamente, o eso me
parece a mí que es lo que tengo más reciente, en los últimos capítulos nos
cuenta como en el siglo XX el dominio tecnológico, (armamento es de lo que
estamos hablando) no ha sido suficiente para derrotar a países, ejércitos, de
menor entidad militar ( nos habla de Indochina, Vietnam, o Irak) por ejemplo.