martes, 24 de enero de 2012

El amor de una mujer generosa. Alice Munro

          Segundo libro en menos de un mes que me leo de la autora canadiense. Y desde luego he confirmado las buenas impresiones que me dejó el primero de título La vista desde Castle Rock. Bueno, realmente, a decir la verdad, dichas expectativas han sido superadas. Este libro todavía me ha gustado más. No puedo dejar de pasar una línea más sin dar fe, mi fe, de que hacía años que ningún escritor me impresionaba tanto (recuerdo una sensación parecida cuando descubrí a Capote, Galdós, Vonnegut, p.e).  Por tanto paso su foto al altar de mis autores favoritos y encendemos la correspondiente vela.
         ¿Y que he leído que me ha gustado tanto, que me ha dejado anonananadado?, se preguntarán.

               Pues lo primero es que me ha enganchado de forma total. De hecho el último día que acabé este libro lo estuve leyendo por  más de dos horas, (no seguidas, mi cerebro no da para tanto). Y alguien dirá: "bueno, es que hay libros que enganchan, que tienen una trama que atrapa al lector". Si, eso es cierto, no es raro escuchar a alguien decir “no pude acostarme hasta que me terminé el libro, quería, necesitaba, saber como iba a acabar”. Si, entiendo, conozco,  esa sensación. Pero es que en el caso de los relatos de Alice Munro, realmente no hay ninguna trama destacable. No hay suspense de ningún tipo, o al menos yo no lo capto. Y además no necesitas dos horas de lectura para ver como acaba ya que el libro está compuesto de varios relatos cortos, totalmente independientes. Personajes y situaciones diferentes. Es decir, si te engancha es por puro vicio, simple necesidad de “quiero más”. Además en sus tramas, el título es un buen indicativo, no se nos habla de historias de asesinos inteligentísimos, ni de búsquedas de mensajes ocultos en libros y cuadros. Tampoco aparecen tórridas y previsibles escenas de sexo explícito. Ni parece querer contarnos lo maravillosa que es la vida a través de infantiles fábulas para adultos deprimidos.

Alice Munro.

         Sus personajes no son héroes que arreglan la vida a los demás, y mucho menos a mamporros. Simplemente son historias protagonizadas por mujeres, normales ni muy ricas ni muy pobres, ambientadas en Vancouver y Toronto (y alrededores) mayormente. Se nos habla de historias cotidianas, fijando mucho la atención en las relaciones personales destacando las familiares. También aparecen algunos niños, incluso algunos rememoran sus tiempos antes de nacer. Son personajes con existencias que podríamos definir como normales incluso alguno diría que simples, pero con vidas interiores bastante complejas. Vamos como la vida misma. La autora demuestra enorme maestría a la hora de hablarnos de sentimientos, de indagar (y ser capaz de contárnoslo de forma comprensible) en lo más profundo del ser humano. 
Si, insisto si no por enésima, si por cuarta o quinta vez: Me ha gustado muchísimo.

jueves, 19 de enero de 2012

La Inquisición Española. Henry Kamen

      No tengo ni la menor idea de por qué me ha dado por leer ese libro. No quiero decir que no me interese este tema, que me interesa mucho y que además he disfrutado y aprendido leyéndolo, si no que podría haber elegido otro tema histórico cualquiera. Tal vez la razón se encuentre en que hace poco pusieron El Rey Pasmado en la tele (simpático inquisidor, Fernán Gómez), bueno, y que además me leí  el libro de Torrente Ballester en el que está basado (casi calcado diría yo) y sobre el que redacté la correspondiente entrada. En todo caso esta vieja y hace dos siglos extinguida, institución es una de las más famosas de la historia de nuestro país, de las de peor fama y más siniestras. 

Auto de Fe. Francisco Ricci

        Si uno piensa en la Inquisición  normalmente suele venir a la mente, además de una atmósfera de tonos oscuros (a lo mejor solo me pasa a mi) ideas como la crueldad, los métodos expeditivos, la tortura y su origen manifiestamente español. Esto último, su españolidad, es precisamente un error. Y es que, según se nos cuenta, el origen de esta institución se encuentra en el Languedoc  francés y fue creada como respuesta al movimiento Cátaro. Pero mi ignorancia tal vez se deba a la identificación cronólogica, esto realmente es un hecho, entre los años más exitosos del imperio español y los de la organización represivo-religiosa. Realmente la Inquisición española se fundo en 1478 y su primer mandamás fue el conocido Torquemada (apropiado nombre).
         El hispanista e historiador Henry Kamen nos relata de forma bastante detallada, la historia de esta institución en un libro que se lee bastante bien. Se nos ofrece todo un repaso a las vicisitudes de esta organización que tuvo el amparo tanto de la corona como de la Santa Sede y donde nos cuenta cosas que ya sabíamos y otras que no. Por ejemplo, el autor hace mucho hincapié en el problema con los conversos, aquellos judíos que se quedaron en nuestro país, no sin antes, no les quedaba otra, que profesar la religión católica. Las sospechas eran muchas. Lo curioso de todos esto es que, según se nos cuenta, muchas personas importantes, un montón realmente, tenían algún antepasado de origen judío como sucedía con el el propio inquisidor Torquemada. El libro va desglosando, a través de capítulos independientes, diversos aspectos de esta institución analizando asuntos tales como la organización de la institución, el problema morisco, la relación con el pueblo, los métodos represivos que utilizaba o la creación de esa leyenda negra que le acompaña.

       Y acerca justamente de la famosa  leyenda negra el autor parece que está interesado en minimizarla. No es que niegue sus métodos expeditivos ni su talante represor si no más bien, nos cuenta, que comparados con otros países y en el contexto de la sociedad de aquellos años,  no era para tanto. Uno no puede opinar sobre esto por que no tiene idea, ni es un especialista en la Inquisición ni na de na. Eso si se torturaba, se quemaba, se iba a la cárcel, se llevaban “sambenitos” y si a uno le iban las relaciones “nefandas” (homosexuales) lo llevaba claro, vamos que con la iglesia se había uno topado/dado.

lunes, 16 de enero de 2012

Joseph E. Stiglitz. Caída Libre

         Son ya un  buen número de libros los que llevo leídos buscando entender un poquito de esto que llamamos la crisis económica. Algunas de estas lecturas  están recogidas en este blog, y otras a las que metí mano anteriormente a que lo iniciara, pues no están. Y he de reconocer que entre unas y otras quizás haya tenido ya suficiente. Eso no quiere decir que lo entienda todo sobre este asunto, ni mucho menos, si no más bien todo lo contrario. Todo esto de la crisis es un enorme lío sobre el que todo el mundo opina, entendidos y no, y veo que ninguno de ellos da con la clave. Los gobernantes pasados lo hacen mal y los que entran nuevos parece que tan poco atinan.  Vuelvo al libro que me disperso. Y es que por las razones que sean este Caída libre de Stiglitz no sé si me ha aportado algo nuevo de lo que ya sabía y no sabía. Muchas, la mayoría de sus ideas, ya las había leído en  otros libros y otros lugares. Como por ejemplo el  problema del estallido de la famosa  burbuja inmobiliaria,  la progresiva desregulación del mercado financiero en los últimos años y la más que sospechosa acción a la sombra de oscuros y no oscuros intereses, especuladores  para más señas, que entienden la economía mundial más como un casino donde apostar que un lugar donde se negocia la economía real. Más o menos  todos los autores que he leído nos cuentan lo mismo y tanto el  presente como el futuro más cercano lo ven bastante negro.
       En mi opinión otro de los problemas del libro, es que cuando el autor se pone más técnico, tampoco excesivamente, (no abundan gráficos ni formulas incomprensibles), se hace un poco denso. No sé, en otros libros, hablando de lo mismo,  todo me parecía más sencillo de entender. Seguramente, esto es así, el problema sea mio, ya sea por mi incapacidad para estos temas (donde no hay no hay) o por que quizás vuelvo a insistir otra vez más, de alguna manera ya había leído estas cosas anteriormente. También hay que decir es como sucede con otros libros de este tipo originariamente el libro estaba destinado al público estadounidense. Se ve que el éxito de este tipo de obras  ha hecho que finalmente acabaran publicados en otros lugares donde inicialmente no se tenía pensado, como por ejemplo España. Así nos encontramos en la página del libro un montón de referencias a los USA. Vamos que si esperaís que se hable de España, vaís apañaos.
             En fin, tengo la sensación de que quizás la lectura del libro de Stiglitz no me aportado mucho. La prueba de que no he acabado de conectar es que un día me dio por comprobar que la fecha de devolución a la biblio y se me había pasado la fecha. Por 4 días. Es decir llevaba más de 35 días con el. Curiosamente el anterior libro que he ledo del, el de Alice Munro, lo he debido de acabar en 7 días y eso que tampoco es tan pequeño. Eso si, ahora que releo lo que he escrito pienso que para ser más justo tengo que volver a acercarme a el. A ver si lo acabo de terminar. No se si me apetece mucho.
        Stiglitz, premio Nobel en economía es un reputado opositor a la corriente neoliberal. Incluso, creo,  mostró su apoyo a los indignados de la Puerta del Sol. Y doy por concluida esta entrada. Adiós

jueves, 12 de enero de 2012

Crónica del rey pasmado. Gonzalo Torrente Ballester

            Siglo XVII. Madrid. El primer ministro está muy nervioso. El imperio Español se encuentra en un momento decisivo.  De un momento a otro se van a recibir dos informaciones fundamentales. Los ejércitos en Flandes disputan batallas claves para los intereses españoles en aquellas tierras y una flota que procede de América se ve acosada por una cada vez más poderosa armada británica. Nos jugamos no solo la destrucción de la flota si no que no haya dinero para pagar  las "nominas".  En este contexto atentar contra Dios y contra sus leyes puede resultar muy peligroso. Y eso es lo que esta haciendo el rey de España. No tiene otra ocurrencia en tan delicado momento histórico que querer ver a su mujer, la reina, desnuda. Y encima, esto ya es de nota, se ha ido de putas, concretamente a recibir los servicios de la más famosa y eficiente de la corte. Leyendo la Crónica del rey pasmado uno tiene la sensación de conocer todo lo que esta pasando. Y hasta le  pone cara a los personaje. El rey pasmado, es Gabino Diego. El valido o el equivalente al primer ministro es Gurruchaga. Y el Inquisidor, Fernando Fernán Gómez. Sin olvidarnos del monje Villaescusa, Juan Diego. Quizás el que se acerque a esta novela después de haber visto la película como ha sido mi caso (esto último es absolutamente inevitable si se tiene televisión en casa.: la han puesto un montón de veces), tenga este problema. El problema de que  la película, o  al menos eso me parece a mi, clava a la narración literaria, en algunos casos literalmente. El libro es pequeño y aquí parece que no había que condensar mucho. Simplemente en hora y media de lectura, el libro no es más grande que eso, tienes, exactamente, hora y media de peli.


             Pero bueno a pesar de no haber leído nada que ya no conociera, resulta interesante y entretenido observar, esta vez de forma escrita,  los tejemanejes que se trae el fanático monje Villaescusa,  que armado de una absurda y disparatada  moral que impedía al monarca ver desnuda a la reina, no hace si no medrar en busca mayor poder, mayor influencia de una ambición sin límites, quizás con un objetivo claro. El puesto de Inquisidor. En medio de su medro se va a encontrar con un vulnerable ministro, el Conde Duque, que a pesar de su enorme poder tiene algo de ingenuo, al menos en estos temas sobrenaturales.
          En definitiva una novela que nos acerca aunque sea a través de la ficción a una interesante epoca de la historia de España,  la del comienzo de su imparable decadencia, y que nos presenta un buen número de personajes para los que el lector no debe de gastar ni una sola neurona en ponerles cara. La pelicula nos evita el esfuerzo.

lunes, 9 de enero de 2012

Zumalacárregui. Benito Pérez Galdós.

           Después de casi 20 años, Pérez Galdós, desdiciéndose de su epilogo en Un faccioso más y algunos frailes menos vuelve a la carga. Continua, demos gracias a Dios por ello, con sus Episodios nacionales: comienza su tercera serie.


Así nos lo cuenta.
"Al terminar, con Un faccioso más y algunos frailes menos, la segunda serie de los Episodios nacionales, hice juramento de no poner la mano por tercera vez en novelas históricas. ¡Cuán claramente veo ahora que esto de jurar es cosa mala, como todo lo que resolvemos menospreciando o desconociendo la acción del tiempo y las rectificaciones que este tirano suele imponer a nuestra voluntad y a nuestros juicios¡"
          El final de la anterior serie nos dejaba en pleno inicio del conflicto civil conocido como la primera guerra Carlista,  con  sucesos y disturbios varios en la capital de España.  Con este nuevo episodio nos internamos en el campo de batalla. Para ello nada mejor que seguir al general faccioso más emblemático de estos primeros años de la guerra: Zumalacárregui. El escritor canario elige la figura de este mando militar para introducirnos de lleno en las refriegas y batallas de esta guerra. Desde luego en este Episodio nacional se habla mucho de militares y de estrategias. Pero esto da pie para tratar muchas más cosas. Galdós se nos pone quizá más filósofo que de costumbre y a través del personaje del sacristán aragonés José Fago (¿les recuerda algo este apellido?) hace reflexionar y debatir a sus personajes sobre las razones, la lógica y  la moral de la guerra. No estamos ante el pacifismo de Lennon, falta mucho tiempo todavía, y ni siquiera me imagino al escritor canario introduciendo una flor dentro del fusil de un soldado, pero si se nos revela entre lineas lo absurdo que le debían de parecer las guerras y más todavía las que se producen entre ciudadanos de un mismo país... Los personajes y el propio Fago hablan, discuten y charlan sobre sus motivos y consecuencias, y como predominan los clérigos, también sobre si la religión tiene algo que decir al respecto. Pero también de ardor guerrero y de crueles lógicas militares.

         Siguiendo a Fago y siguiendo a Zumalacarregui esta vez nos damos una vuelta por  tierras vascas y navarras. Primeramente contemplamos la peripecia del traslado oculto de un cañón que le encargan al sacristán cuando este tiene su vena más guerrera. Toda una odisea, mayormente nocturna, desde una playa del Cantábrico hasta el interior de Navarra. Posteriormente se van sucediendo las batallas, la crueldad, el salvajismo, pero también el arrojo, el valor y el compromiso por una causa. ¿Donde está el límite de uno y de otro? Galdós con su clásico estilo nos introduce en la historia sabiendo ver las cosas malas y buenas de unos y otros. Este hombre suspendería en la asignatura de manipulación.
         Y por ultimo una curiosidad. Una de las ventajas de leer libros con unos añitos es que nos encontramos con informaciones que el paso del tiempo, lógicamente, ha hecho olvidar.  No se realmente si tiene que ver pero, al respecto de la coloquial palabra “guiri”, y puesto en en boca el término en un personaje femenino, podemos leer lo siguiente:

"(…) y me fui a Zaragoza, donde hablé con un chicarrón de infantería de la Guardia Real, ya sabe, los primeros que vinieron hace dos años a sofocar la facción (carlistas), lo cual no la sofocaron.(…) A los de la Guardia se les llamé entonces guiris, por que llevaban las tres letras, G.R.I. en la gorra y en la cartuchera, y guiris se les llama todavía".