martes, 21 de diciembre de 2010

Luna de Lobos. Julio Llamazares

      La montaña leonesa, año 1937. Un grupo de soldados republicanos intentan sobrevivir aislados de su ejército, vencido ya en estas tierras. ¿Cómo?,  vagando por los montes, caminando de noche y escondiéndose de día. Abajo, en los valles, sus familias y amigos les ayudan en lo que pueden. Tampoco ellos lo tienen fácil. El nuevo régimen vigila sus movimientos. Su amistad o parentesco les convierte en sospechosos. Las represalias contra ellos no son una excepción.

             Julio Llamazares parece todo un especialista en contar historias del medio rural. Y es que  buena parte de sus libros tratan de ese mundo de pequeños pueblos, de sus paisajes y su soledad.  Se nota que sabe de lo que habla.  El mismo nació en un pequeño pueblo leonés. Por cierto, no tenía ni idea, el guión de Flores de otro mundo, película de Iciar Bollaín rodada en Cantalojas (Tejera Negra), es igualmente suyo.  Al parecer, por lo que leo en una entrevista, el mismo no quiere encasillarse en este tipo de historias y asegura que  desde los 12 años reside en grandes ciudades y  que seria incapaz de vivir en los pueblos que retrata.

          A pesar de que la trama se desarrolla en el contexto de la guerra civil y los años inmediatamente posteriores, no estamos  realmente ante una novela política  si no más bien ante una historia que trata de la supervivencia dentro de una naturaleza que se muestra generalmente bien hostil. En este punto de sus vidas los protagonistas bastante tienen con mantener su gaznate a salvo. Parece que al autor le interesa más el paisaje y sobre todo la relación que establecen unos hombres desesperados con la naturaleza más dura (el frío, la lluvia o la nieve, siempre están presentes), fugitivos que viven como auténticos lobos, generando, por cierto, otra moral más salvaje acorde con sus circunstancias de parias. 

             El libro resulta especialmente interesante para todos aquellos que nos gusta adentrarnos en las montañas y que hemos tenido la suerte de conocer  las cordilleras de esta provincia. Cierto, me han chivado, que las comarcas y pueblos que aparecen son ficticios pero no cuesta nada imaginar los perfiles de cualquier comarca serrana leonesa. Tal vez los Ancares, tal vez las montañas del Bierzo. Siempre detalladas descripciones de relieves y vegetaciones. Y sobre todo la luz, una luz que da al paisaje su personalidad propia,  retratándola casi como un ser vivo.

Si me preguntaran por las tres cosas que más me han gustado de este libro y por orden riguroso. Diría.. pienso, pienso, vamos a ver... ya lo tengo.

Primero.  Las descripciones, muy especialmente  las de los paisajes. No estamos aquí ante una naturaleza idealizada. Los perfiles de las montañas o de los valles se muestran amenazantes, duros, intensos.

Dos. La trama es cojonuda. ¿Los cogerán? ¿si? ¿no? , ¿todo lo contrario?. Mantiene el interés por lo que va a pasar. Y luego queda muy bien retratado lo que debe ser sobrevivir en esas condiciones extremas. He de reconocer que muchas veces en el calorcito de la cama he imaginado lo que sería tener que vivir en esas condiciones. Que ropa habría que ponerse y eso.  Vivir en cuevas, destrozar botas, ¡¡¡andar en la nieve de espaldas para despistar a los perseguidores ¡¡¡¡, son algunas de las consecuencias de esta vida furtiva.

Tres: El lenguaje rural. "Cierzo", "negrillos" o "urces" son algunas de los términos  que utiliza Llamazares. Al igual que Delibes,  realiza tal vez sin proponérselo, toda una labor de conservación de un  vocabulario rural, que desaparece poco a poco. 

Eso si,  por último,   y por ponerme un poco cabroncete,  diría que en cambio algunas partes de la trama pueden parecer algo difíciles de creer.

Imágenes de la Película: ( Santiago Ramos, Resines..) 

http://www.youtube.com/watch?v=uUhu7x-EZjc