Cuarta entrega consecutiva de los Episodios nacionales a la que meto
mano. Es curioso pero los primeros que leí una vez me hice
adicto a Galdós, hará unos 8 o 9 años, los leía de forma aleatoria sin atenerme
a un orden. Creo que solo fue desde hace 3 años cuando me propuse, con toda la
lógica del mundo, leerlos de forma continuada que yo creo que en el fondo es
más recomendable. ¿Adónde quería llegar con esta divagación? Ni idea, no me
acuerdo.
Como continuación del anterior “Los duendes de la Camarilla” las primeras
páginas de la novela se inicia con el juicio al regicida cura Merino, (segundo
cura Merino de fiero comportamiento en este siglo). Impagable el relato de su
ejecución, y muy destacadas las
páginas que dedica a mostrarnos las diferentes sensaciones que experimenta el
público (pueblo llano, básicamente) presente.
Tenemos a Pepe Fajardo de nuevo como protagonista principal. El Marqués
de Beramendi se nos va a mostrar en este capítulo con gran curiosidad y debuta
como testigo histórico en la ejecución del cura terrorista.
Otro de los hilos conductores es el de la huida y correspondiente búsqueda de su amiga, fugada de su marido, todo un escándalo en el siglo XIX español que nos recuerda a sociedades actuales más atrasadas, estoy pensando mismamente en nuestras vecinas sociedades musulmanas. En la
búsqueda de su amiga y del Ansurez, iremos conociendo también la preparación y
final desenlace de la famosa Vicalvarada, una de los muchos alzamientos del
siglo en las que las tropas lideradas po el general O´Donnell intentan acabar con el
régimen vigente. Una actuación, por los que nos cuenta Galdós, con más sordina
que otra cosa.
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