No iba a escribir nada
sobre esta novela, puesto que la he abandonado antes de la página 100 (más o
menos, ni me acuerdo) pero me he venido arriba y voy a dejar constancia de mi
(breve) paso lector por sus páginas. Y es que tengo a Muñoz Molina por uno de
mis autores favoritos; he leído unas cuantas de sus novelas, cinco o seis, a
vola pluma pero con esta no he podido. Tal vez se trata de otras cosa, de unos
recuerdos personales que intercala en la trama principal, (esto ya lo ha hecho
por ejemplo en El jinete polaco) pero es que me ha parecido árida, aburridísima.
En fin, lo escribo para que no me dé la tentación de, en un futuro, volver a meter
mano a semejante ladrillo
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