Normalmente
cuando empiezo a teclear frenéticamente en búsqueda de completar la
correspondiente entrada del blog lo más rápido posible, tiro palante sin antes
haberme informado mucho en Internet. Algunas veces si lo hago, pero pocas. En
este caso llevo 10 minutillos dando vueltas por la red buscando información
sobre esta novela y no es porque tenga dudas sobre la trama, que alguna tendré,
sino porque hay un hecho que me ha sorprendido durante la lectura de la
famosísima novela de Scott Fitzgerald. Se trata de la traducción al castellano.
La edición que he leído, Alianza, tiene una traducción que por momentos me ha
parecido enrevesada en el sentido de que muchas frases serían imposibles de oír
o leer en castellano, me refiero a una obra nativa (esto de los nativos está de
moda en las elecciones catalanas). No voy a o poner ningún ejemplo de estas
frases casi artificiales que he podido leer, ya que no tengo el libro a mano, pero para
añadir más sorpresa la edición lleva como subtítulo la apostilla de “edición de los traductores”. Después de la
mencionada vuelta por internet observo que efectivamente se ha reeditado en
gran cantidad la novela y que cada editorial ha encargado su traducción a un
traductor diferente y que evidentemente las traducciones al castellano difieren
y no en poco, como por cierto en una web se encargan de desentrañar en un
admirable labor comparativa.
En fin,
justamente y ahora me pongo con la entrada, realmente ha sido la traducción lo
que menos me ha convencido de esta novela ambientada en aquellos locos y
felices años 20, dice el tópico, con una historia de gente acaudalada, con
dinero sucio de por medio y con cuernos por todos los lados. Fiestuquis, música
a todo trapo, eso si, nada de chunda chunda, viajes y retornos al Nueva York de aquella
época. No cuenta nada más para eso ya esta la Wikipedia.
Interesante
lectura.
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