lunes, 4 de agosto de 2014

LA REVOLUCIÓN ALEMANA DE 1918-1919. Sebastian Haffner



         Curioso. Libro de Historia lleno de opiniones personales. Y pese a todo la cosa no resulta mal. Y eso que el propio autor en un comentario dentro de una nueva edición, diez años después de su primera aparición, nos dice que reniega, si no del fondo si de la forma empleada en muchas de sus páginas. Esa manifiesta pasión política que pone en la interpretación de los hechos históricos una década después le parece demasiado crítica, demasiado puntillosa.

     Tapas duras, letra considerable, fácil de sujetar. Bien. Esto siempre de agradecer

    La Revolución alemana de la que nos habla el autor fue consecuencia sin duda de la Primera guerra mundial. Al igual que sucedió en Rusia, la guerra hizo tensar demasiado la cuerda, se acabó rompiendo y provocó revoluciones. En Rusia triunfó. En Alemania no.
     

     Curioso, pero uno esperaba leer más sobre Rosa Luxemburgo, auténtico mito de la izquierda, y que solo aparece su nombre en un par de páginas a lo sumo. Nos cuenta el autor que a pesar de su valor simbólico y de lo importante de su figura la intervención de la activista en la revolución de su país de acogida, Alemania, fue meramente testimonial, aunque su testimonio, en forma de desgraciada y violenta muerte, haya quedado en la historia para siempre.


La Revolución alemana tiene su inicio con la revuelta de los marineros que iban a embarcar en una operación (tal vez una de las últimas de la guerra, -una carnicería gratuita para muchos de los soldados visto el desarrollo de la guerra-) contra los británicos. Tiene lugar en la localidad de  Kiel (curioso parecido con Kiev) y va a desencadenar un periodo de al menos dos años de inestabilidad revolucionaria. En ella, ya decimos, tenemos algunas semejanzas  con lo que sucedió en la no muy lejana Rusia: contexto de una guerra, alzamiento de soldados, creación de consejos de obreros, gobiernos de izquierdas que quieren tapar la revolución y por supuesto las fuerzas vivas contrarrevolucionarias. Nada nuevo en la oficina.

Papel preponderante tiene la Socialdemocracia alemana encargada de gobernar un país derrotado en la práctica en la guerra, derrota de la que reniegan los verdaderos responsables. (Hinderburg, Ludendorf entre otros). El autor mantiene la tesis de que al SPD se le utilizó para cargar con la culpa de la derrota y también para parar la revolución, algo que su máximo mandatario, Ebert, hizo, según el autor igualmente, encantado.

Y estos y otros muchos asuntos (revueltas, contrarrevueltas, medros políticos y graves consecuencias para el futuro-aparición estelar de Hitler, na menos- etc.)  los el relata el autor de forma bastante apasionada. Si, Haffner se siente identificado con la revolución y así nos lo hace ver. “Lo que pasa una vez no pasa dos veces”, nos viene a decir en una frase que repite, que está en la portada y de la que no me acuerdo.

Denso libro de historia pero interesante, que coño.  

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