No tenía nada que leer y agarre el primer libro que me quedaba más cerca de mi sillón. Concretamente se trataba de esta historia de los judíos en España, libro que leyera, no lo tengo muy claro, hará unos 10 o 15 años, digo yo, la verdad es que ni me acuerdo. Y es que a pesar de que, ya digo, lo agarré simplemente porque estaba a mano, lo cierto es que diez días después, día a
rriba, día abajo lo he terminado. Me ha gustado, si. Me ha interesado, esto es fácil. El tema este del oriente próximo está muy calentito, lo lleva estando 80 años o más realmente.
Además del tema hay que agradecer al autor que haga su lectura fácil fácil. El libro, centrado en nuestro país, quizás adolece de más páginas sobre los orígenes del pueblo judío, y rápidamente se mete dentro de nuestra geografía. Así vamos leyendo cosas como las comunidades que vivían durante la dominación romana, sustituidas por los visigodos donde ya empezamos a ver cierta persecución cierta inquina hasta este pueblo y religión. Nos introducimos en la época de dominación musulmana que ha tenido siempre el sello famoso de la tolerancia, de las tres culturas. Tal vez eso fuera cierto, siempre con matices durante el Califato Omeya, pero que cambio notablemente con la invasión de almohades y almorávides. Hay que decir que el autor da también un repaso a una serie de biografías de algunos personajes. Así entre unos cuantos se centra en la figura de Maimonedes que nacido en Córdoba lo cierto, nos dice el autor, no tuvo mayor relación con nuestro país.
Con los musulmanes en los últimos años la cosa se puso calentita, pero no mejor iba a ser en los reinos cristianos, donde a ciertos periodos de tolerancia en la que los judíos mostraban su cultura y espíritu emprendedor les sustituía unos progresivos tiempos de persecución destacando el fatídico año de 1391 donde se produjeron un buen número de persecuciones matanzas que llevaron a la conversión y también a la huida a ciudades más tolerantes. Pero aunque ciertamente muchos judíos servían debido a su cultura y formación en los reinos cristianos lo cierto es que su acoso era una constante. A lo que se añadió la creación de la Santa Inquisición, con objeto básicamente de velar por la pureza de la religión y de las personas que no les quedaba más remedio que seguir. Finalmente se decretó la famosa expulsión 1492, en la que al menos sobre el papel la práctica religiosa judaica desaparición, salvo las constantes sospechas que había sobre los conversos- marranos.
A partir de aquí la narración histórica se dirige tras los pasos de nuestros compatriotas que tuvieron que huir y que tuvieron diversas suerte según donde terminaran. Mala, por ejemplo, el norte de África, buena según nos cuenta en nuestra vecina Portugal.
Los sefardíes ocupan casi el cuarto final del libro. Pero he ya me he cansado de escribir.
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