Título provocador para un libro a medio
camino entre la historia y el ensayo en el que se nos cuenta una tesis. La que
sostiene que desde el 1500 D.C. (aprox) ha habido una civilización muy superior
al resto. Una civilización, la que conocemos como occidental, que ha ganado por goleada al resto. Todo un 6
a 0 con goles de Cristiano(s). (Me voy a permitir esta completa subnormalidad).
Si, decir hablando de “civilización”,
que tenemos a Occidente (nosotros) y
luego al resto, lo que me recuerda, al menos en cuanto a las formas, al estilo Mourinho.
Dejemos el fútbol (ni siquiera soy un gran
aficionado) y el título. Vayamos con el autor. Nial Ferguson (joder, si es que
tiene nombre de técnico futbolístico británico) es terreno conocido en este
blog ya que este es el tercer libraco que me leo en los últimos 2 años y que
como ya es hábito en mi persona, del que redacto su correspondiente entrada. El
escocés es un historiador quizás más conocido por haberse dedicado algunas obras al
estudio de la historia económica y lo ha hecho de forma brillante. Su El triunfo del dinero es un libro en
mi opinión magnífico que desde luego aconsejo a todo hijo de vecino interesado
en saber el porqué de las cosas económicas. (Luego que cada uno saque su propia
conclusión). Frente a otros autores como
Fernández Armesto que inciden en la idea de que cada civilización se adapta a sus necesidades determinadas por sus circunstancias geográficas-climáticas, Fergusón no se
corta un pelo y nos va a indicar con el dedito que (en su opinión) si ha habido una civilización
superior y que al menos desde el punto de vista mensurable del desarrollo
científico, la esperanza de vida y otros factores de este estilo, ha triunfado sobre otras. Por
supuesto esta civilización es la suya, (noto desde luego que tiene gran
simpatía por lo anglosajón).
¿Cuáles fueron las razones que
hicieron de Occidente y su Civilización, así con mayúsculas, la más poderosa y
sobre todo influyente, durante ese periodo de la historia?. La contestación a
esa pregunta las tenemos en los capítulos de libro.
Así en el primero nos habla
de la competencia. Atribuye justamente al gran número de estados que había la
Europa de aquellos años una dinámica de rivalidad en todos los aspectos (destacando
el militar) y que tuvo como consecuencia una proliferación de iniciativas
competidoras (mucho “emprendedor”, como se dice ahora). A diferencia de esta
cultura y esa competencia que se establece entre los diversos estados europeos por
el control, por ejemplo, del comercio de
las especias el autor contrapone el cerrojazo que tiene lugar en Oriente y que
ejemplifica en China y Japón. Concretamente nos cuenta el autor que por aquellos años (hacia 1500) China
podría haber sido el candidato perfecto para liderar el mundo en los siglos
sucesivos ya que el gigante asiático era en ese momento uno de los más
adelantados tecnológicamente (a lo que habría que añadir lo considerable de su
tamaño y población). Pero, sorprendentemente, y a diferencia de lo que hicieron los
europeos, lejos de expandirse y de abrirse al comercio mundial decidieron
cerrar sus fronteras y practicar el soliloquio comercial y cultural. También
hay que destacar el tirón de orejas de Ferguson al confucionismo, filosofía a
la que acusa de fabricar burócratas.
Pero el historiador
británico, como Mourinho, tiene cera para todos. En el segundo capítulo la coge
con el mundo musulmán y muy especialmente con su representante más destacado, el Imperio Otomano, que justamente hacia esos
años del 1500 se encontraba en pleno acoso al centro de Europa. En este caso atribuye el triunfo de
Occidente al desarrollo científico que va a encontrar mejor campo de cultivo en
Europa pese a que tradicionalmente el mundo musulmán había estado bastante adelantado en esos aspectos durante la Edad Media. Como paradigma del apoyo a la cultura y la ciencia nos pone
ejemplo del prusiano Federico el Grande todo un del monarca ilustrado
preocupado por la cultura y la ciencia.
En el tercer capítulo le toca el turno a América. Aquí nos habla de la diferencia de evolución entre América del norte y Latinoamérica. Pero no es el idioma la clave. La clave para el autor o por
lo menos el aspecto que más destaca, es la diferencia en las formas de propiedad. Grandes haciendas/terratenientes
versus pequeños propietarios.
Cuarto punto. Medicinas. Nos vamos a África a hablar de Imperialismo y de
lo mal que estaba y sigue estando este continente.
Quinto. El consumo es considerado como otras de las claves del triunfo de
Occidente. Curioso, aunque no sé si viene mucho a cuento, las páginas que dedica
a la expansión “all around the world”, del pantalón vaquero. El jean como símbolo
de libertad.
Sexta y definitiva clave para Ferguson es la ética del trabajo que asocia
con la Europa del protestantismo. Ahondando en este tema nos habla, como síntoma
del éxito económico de China, la expansión de esta forma de cristianismo en
algunas zonas del país.
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