Años 50, Reino Unido, chico conoce chica, chico y
chica se casan. Noche de bodas (amenizada con algunos flashbacks) en un idílico
paraje, a lo británico, concretamente la playa de Chesil en el sur de
Inglaterra. Guijarros a tutiplén, pero esto no es lo importante. Lo importante
es lo que pasa en su noche de bodas cuando los dos contrayentes van a meterse en un terreno desconocido: el sexo. Las cosas no acaban de salir bien y
no se puede leer más.
Quinta novela en menos de un año que leo de McEwan
por lo que no puedo decir eso de que "menudo descubrimiento." Ian es ya territorio conocido y lo único que puedo hacer es insistir, confirmar que este autor no decepciona nunca. Cinco de cinco, cien por ciento de aciertos. Claro que sus novelas tampoco son tochos
ingobernables. Chesil beach da para dos o tres horas de lectura. Esta es quizás la más pequeñita en tamaño de las cinco pero la historia que cuenta, pequeña también, deja mucho, mucho poso. Si, la novela nos habla de esas rarezas personales y de las rarezas que provoca una sociedad mojigata, sus consecuencias e implicaciones.
A por la siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario