Más que
interesante libro de historia de los que a mi me gustan. De estos que pretenden contarnos
una teoría, o tesis histórica, así lo podemos llamar, pero dejando que el
lector tenga su propia opinión. Esto es, nos va a hablar del colonialismo en el
sentido de la construcción de un derecho sobre un territorio descubierto y
posteriormente ocupado, pero no nos va a dar la brasa, como hacen muchos
historiadores de, o bien, lo malos, malos, malos que son los unos y los malos, malísimos que son los ostros. Vamos que esta vez nos libramos de ese sectarismo infumable que
desde la política y sus colores, la ideología, invade todo.
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