Extraño título
para la continuación del anterior Episodio, de no menos extraño nombre, Aita Tettauen.
Pero si rápidamente en el segundo caso nos damos cuenta de que nos referimos a
la ciudad norteafricana de Tetuán, en este caso tenemos que esperar un poquejo
más para situarnos en las aventuras corridas por el pretendiente, Carlos V, en
la localidad tarraconense de la Rápita
que yo, ignorante, situaba en Huelva.
Vayamos con la
trama: Continuamos las peripecias de Juan Santiuste, ahora ya también conocido como Confusio, que tras su odisea
africana y visto su valor para la aventura va a ser encargado por su travieso
amigo Baramendi para que se infiltre en territorio comanche, mejor dicho en el
Maestrazgo, y lleve a cabo alguna labor de investigación personal, en la que se
ven implicados, como no, un miembro del clan celtibero de los Ansúrez.
Este es el
punto de partida, si entendemos punto de partida la página 80 o así. A partir
de aquí tenemos aventura galdosiana en su mejor versión. A nuestro Santiuste no
le dará un infarto de milagro, además de llevarse alguna alegría en vista y
tacto mujeriles. Nos encontramos de nuevo con otro formidable personaje de
estos que se inventaba el escritor canario. Se trata del Arcipreste de… (vaya no me acuerdo ahora de su
nombre) y su poder personal, entre el que se incluye un miniejercito y un mini-harén.
Y eso que es clérigo. Y como fondo histórico de todo esto y dándole sentido la
fantasmal intentona carlista que tuvo como protagonista al pretendiente Carlos
VI, como lugar la Rápita y como consecuencia del muerte del general que,
descerebrado él, la llevó a cabo.
Extraordinario
episodio. De los mejores. Como entrada de las mas rápidas y por tanto peores. Pero
esto es lo que ahí.
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