Segunda novela consecutiva que me leo del escritor inglés.
Debo de estar influenciado por aquello de que se celebra el aniversario de su
nacimiento, muerte o resurrección que no sé. La verdad es que la Historia
de dos ciudades me dejó un buen regusto. Pero, en cambio, este Oliver Twist reconozco que me ha costado
terminarlo. Y también reconozco que para conseguir acabar su lectura he tomado
algunos atajos. Saltos de página a página más o menos aleatorios, algo que no es costumbre en mi, ya que si no me gusta un libro
lo abandono y adiós. Pero bueno, no he perdido en ningún momento la trama y
entre los detallados títulos de los capítulos y las ilustraciones que lo acompañan, uno se va
haciendo una idea de lo que pasa en las páginas ignoradas.
Oliver Twist es la historia de las aventuras y desventuras
del niño de mismo nombre. Oliver nos nace en un orfanato en la Inglaterra de un
momento indeterminado del primer tercio del XIX. Si, Oliver nace desvalido y su
vida no es fácil desde el primer momento. Oliver, ya en su tierna infancia
sufre muchas penurias. Problemillas en
su supervivencia que se van a ir acrecentado al mismo tiempo que lo hace su
cuerpo. Y su salida del orfanato, no supondrá el fin de sus adversidades si no
más bien lo contrario. Tras fracasar en
sus labores como ayudante en diversos oficios va a acabar formando parte de un
grupo de maleantes. Desde luego por momentos me recuerdan sus aventuras a las
del Buscón don Pablos, (pero solo un poco). Ese grupo de delincuentes tiene a un judío como ideólogo, una característica
esta la de la raza que repite una y otra vez el autor, algo inimaginable hoy en día. Las principales manos ejecutores de los pérfidos planes del judío son niños, algo que como sabemos sigue sucediendo hoy en día, vamos que podemos considerar esta actividad de delincuencia infantil dirigida todo un clásico del delito. En Oliver Twist, la novela y el protagonista,
encontramos lo bueno y lo malo de las personas. Los malos son mayormente
malos y los buenos mayormente buenos y llenos de buenos sentimientos y entre todos ellos predomina uno: Intentar reconducir la vida del protagonista, nuestro Oliver, que tiene muy
buen fondo y muy malos compañeros. Así es.
¿Por qué no me ha acabado de gustar?
Difícil de decir. Tal vez el problema es que creo que le sobran páginas a la novela. Muchas de sus historias me parecen algo repetitivas. Tal vez al publicarse por entregas en la prensa de su tiempo favoreciera, si la cosa iba bien, o simplemente a petición del dueño del medio de comunicación que se alargara la historia, alargando igualmente así los beneficios obtenidos. Vamos no tengo ni idea, son cosas mías, no me hagan mucho caso.
En definitiva: Me gusto más Historia de dos ciudades.
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