jueves, 19 de noviembre de 2015

Lituma en los Andes. Mario Vargas Llosa



    De Mario Vargas Llosa hasta hace unos meses haría unos 15 años que no leía nada. He de reconocer que no soy especialmente aficionado a la muy buena (según la unánime opinión de críticos y lectores) literatura iberoamericana. Curioso pero cuando era un jovenzuelo si que me dio por leer y llegué a disfrutar especialmente de Borges y Cortázar. Era otro siglo, concretamente el XX, y yo estaba más cerca de los 20 años que de los 30. Ahora que lo pienso parecía un prometedor lector de este tipo de literatura, pero curiosamente fui cumpliendo años, aunque no lo aparente mi tersa cutis, y no volví a acercarme en demasía a la literatura en castellano del otro lado del charco (vaya expresión).

     Nos centramos un poquito. Hace unos meses la lectura de La fiesta del chivo me llamó la atención por la calidad e interés que atesoraban sus páginas, y me dio pie para decirme, joder que bien escribe este hombre y que interesante lo que cuenta, y alentado por la satisfacción lectora hace una semanita elegí este Lituma en los Andes, novela que he de decir que me ha gustado un mucho. Interesante historia que tiene como protagonistas a la pareja de Guardias civiles (parece que en el Perú también tienen su Benemérita) el Cabo Lituma y el guardia Tomasito Carreño. Siguiendo sus pasos nos vamos a dar una vuelta por lo más escabroso de los Andes y no solo desde el punto de vista geográfico. Bajo las afiladas blancas cumbres andinas y entre sus valles, quebradas y punas nos vamos a encontrar con una historia de crímenes, de terroristas, de magias ancestrales y también de amores. Un compendio de todo que casa pero que muy bien, con una cierta experimentación  en el lenguaje, (diálogos que se superponen, for example), licencia narrativa que no impide perder hilo de la narración. Y todo ello condimentado con una fantástica recreación de aquellos lugares que, esto casi es lo con lo que me quedo, y aquí va la despedida,  hace al lector, yo en este caso, imaginar vivir allí entre pistacos, huaycos, apus terrucos y pachamamas.