jueves, 28 de febrero de 2013

Los Ayacuchos. Episodios nacionales. Pérez Galdós.


             Los Ayacuchos, al parecer, fue el sobrenombre que recibieron algunos de los militares que participaron en la batalla de Ayacucho (1824) y que a su vuelta a España tuvieron un papel importante en la política patria durante el reinado de Isabel II. Concretamente el Ayacucho por excelencia fue Espartero, Duque de la victoria, pieza fundamental en la victoria frente a los carlistas y posterior regente, tras la breve renuncia de la madre de Isabel, la Reina María Cristina. Lo curioso, hay que puntualizar, es que Espartero no llegó a participar en la famosa derrota española en America.

             "Los Ayacuchos" es igualmente  el nombre de esta entrega de los Episodios nacionales en el que Pérez Galdós nos narra este momento histórico en el que el general asume el poder. Un tiempo de mucha inestabilidad, como ya vimos  en el anterior Montes de Oca, donde  el escritor canario  ya nos narró el intento del golpe de estado llevado a cabo por el militar de montañoso apellido.

           He de decir que quizás es uno de los episodios que menos me han gustado. Muchísimo folletín y la peripecia fundamental, el hercúleo trabajo encargado a Calpena, para poder casarse de una puñet.... (encontrar a su futuro cuñado, Santiago Ibero, rescatándolo de las garras de la iglesia), me ha interesado muchísimo menos que otras aventuras episodiconacionales.

Tartessos, otra mirada. José Ruiz Mata


         De entre todas las culturas antiguas peninsulares la tartésica, sin duda, se lleva la palma en cuanto a misterio y leyenda. La falta de datos objetivos  (arqueológicos mayormente)  concluyentes hace posible que las elucubraciones de todo tipo abunden cuando se intenta realizar una elaboración histórica de ella.

        Tartessos es el nombre con el que conoce a una civilización localizada en el sur peninsular de difícil datación, especialmente en lo que se refiere a sus orígenes,  y que debió de alcanzar su plenitud en algún momento de la primera mitad del primer milenio A.C. Son los griegos los que al parecer denominan de esta manera a esta cultura, y el historiador y geógrafo Herodoto el primero en darnos referencias escritas. Concretamente nos habla el griego, entre otras cosas, del rey Argentonio al que atribuye un reinado de 120 años, na menos. A groso modo y para completar un brevísimo resumen decir que, tras alcanzar, supuestamente, un importante desarrollo cultural, Tartessos desaparició de la historia de forma misteriosa, tanta como lo fue el resto de su existencia. Aunque es comunmente aceptada la realidad de los tartésicos o tartesos como pueblo y cultura, lo cierto es que no hay un punto común de encuentro en lo que se refiere a su datación, importancia, e influencias.

           Por su parte, el autor José Ruiz Mata, además de plantearnos el asunto histórico de forma creo que muy clara, amena y ordenada, mantiene la tesis, a eso se debe de referir el subtítulo de "Otra mirada" de que Tartessos fue una civilización de primera categoría, que supuso un centro de irradiación cultural (rebate aquí la tesis comunmente aceptada de que toda evolución cultural procedía de oriente) y que, esto es desde luego para mi lo más sorprendente, parte de la autenticidad, del genio y de la forma de ser del pueblo andaluz tiene su origen en Tartessos, cultura y civilización a la que considera origen del  andalucismo, practicamente. Tesis esta, desde luego más que curiosa.


 

jueves, 14 de febrero de 2013

Sabidurias orientales de la antiguedad. María Teresa Román


               Sugerente título para un libro que nos acerca a conocer algo más de las religiones, filosofías y culturas orientales. ¿Son más sabias las religiones/culturas/filosofías orientales que sus coetáneas, o no coetáneas, europeas occidentales? (donde decimos orientales decimos mayormente asiáticas). Pues no tengo ni idea. Lo que si es cierto es que la autora, una especialista al parecer en estos asuntos, -después del asunto Amy Martin es importante subrayar esto-, en las trescientas y pico de páginas nos da un buen repaso  a las religiones/culturas de Egipto, Mesopotamia, Irán India y China, (no sé si me falta alguna). Lo bueno de la lectura de este libro/manual es  (no solo de religión/cultura vive el lector), que además nos ofrece un repaso, breve pero creo que suficientemente interesante a la historia de estas culturas/religiones/filosofías.

            ¿Soy más sabio después de haber leído este libro/manual?

              Seguramente no, pero eso si su lectura ofrece una buena introducción útil para todo aquel, como yo por ejemplo, que somos neófitos o casi neófitos en estos conocimientos. Me parece que la autora da un repaso suficiente a estas "sabidurías/culturas/religiones/filosofías orientales" y lo hace generalmente de forma comprensible, para los que no somos especialistas ni hemos profundizado en estos asuntos. Quizás pueda resultar un poco compleja su comprensión cuando se nos habla de temas filosóficos, casi metafísicos, esto del yo, de la esencia de las cosas, del todo o nada o del infinito. Eso si, entender estos conceptos no resulta más difícil que comprender al tal Hegel o al tal Hume, for example.
             En todo caso gracias a la lectura de este libro creo que se me han quedado grabadas en mi cerebro algunas cosas como que las filosofías/religiones orientales tienen un puntito, según la autora,  más de espiritualidad. El suficiente de más como que la realidad máxima, la verdad podría decirse no se pueda nombrar con palabras. Parece que en nuestra cultura occidental,  mismamente en el Cristianismo, que es de lo que conozco si podemos ponerle un nombre. Dios. Y punto.

           Si, la verdad es que me ha resultado interesante la lectura del libro y desde luego algo hemos aprendido. Se me olvidará rápido eso si.

martes, 12 de febrero de 2013

Montes de Oca. Episodios nacionales. Benito Pérez Galdós


           Siempre he escuchado eso de que para conocer la historia del siglo XIX en España nada mejor que hacerlo leyendo los "Episodios Nacionales" de Galdós. Y desde luego es una verdad como una casa. Y es que 46 o 47 entregas en forma de novelitas dan para mucho. Tanto como para que algunos de estos episodios te hablen de hechos de los que jamás habías escuchado nada. He de decir que desde luego no soy  un especialista en la historia, pero eso si, soy bastante aficionado y en casa tengo un papel, de notable grosor y  gran calidad, que pone algo así, como que en nombre del rey se certifica que el titular de dicho papelazo (yo), es licenciado en Geografía e Historia, especialidad Historia Contemporánea. Pero insisto a pesar de que le he dedicado muchas y (todas felices) horas a este asuntillo histórico, jamás, jamás te lo juro por Snoopy, había escuchado ni palabra de que era esto  de Montes de Oca. Es más, al ver el título  pensé que la novela hablaría del accidente geográfico de mismo nombre, en tierras burgalesas creo, tal vez narrando alguna batalla, campaña militar o simplemente,  como en el anterior “Vergara”, algún tipo de acuerdo. He de añadir que también me vino a la memoria la imagen de aquel meteorólogo del mismo nombre (eso si todo junto, Montesdeoca).

         Pero, realmente al título "Montes de Oca" le falta el nombre del que va precedido, Manuel, y así tenemos a un personaje que encabezó un golpe de estado, algo que realmente en el antepasado siglo era desde luego muy habitual. Un levantamiento militar que se gestó en Madrid pero que tuvo lugar en la ciudad de Vitoria, justo unos meses después de que acabara la primera guerra Carlista. Si, un acontecimiento histórico, insisto, del que no tenía ni idea, pero bueno, realmente fueron tantos los alzamientos militares en el XIX que, uno más, uno menos, tampoco tiene importancia.

           Para contarnos las desventuras del militar Montes de Oca, Galdós nos hace seguir a otro de sus héroes, en este caso Santiago Ibero, coronel victorioso en el anterior Vergara pero esta vez con muchas ganas de paz (contrasta su pacifismo con la absurda belicosidad de muchos civiles). Con Íbero volvemos de nuevo a Madrid, a sus calles y cafés. Al mundo de los funcionarios, empleados y militares. Las primeras páginas ya nos presenta una narración diferente a la de los últimos Episodios. Nos vamos a acercar a la calle de Ábada en pleno centro de Madrid, donde  nos encontramos con uno de los primeros Restaurants de la capital. La narración de la apertura de este local, su clientela y platos son desde luego geniales, recordado a otras obras novelas suyas,  se me viene a la cabeza, por ejemplo, Fortunata y Jacinta. Desde luego como lector ya tenía ganas de volver a la capital, después de habernos dado una vuelta por las tierras carlistas en las últimas entregas. De la trama no voy a decir nada.

Calles de Madrid: Ábada, Postigo de San Mártín, Limón

  

martes, 5 de febrero de 2013

Vergara. Episodios nacionales.Benito Pérez Galdós




       Aunque la búsqueda en Google del título de esta novela nos hable en sus primeros resultados de una tal Sofía Vergara, lo cierto es que Vergara, mejor dicho el Abrazo de Vergara, fue un acontecimiento realmente importante en la historia de nuestro país. Si, en esa localidad vasca se llevó a cabo un armisticio en forma de abrazo que daba (casi) por finalizada la Primera Guerra Carlista, esa que había empezado 7 años antes, por un tema que desde luego puede parecer más que nimio. El derecho sucesorio de los reyes. Reinas tu o reino yo.

           Pérez Galdós continua con su maratoniano recorrido por la historia del siglo XIX español y en esta ocasión nos acercamos a los momentos finales de esta cainita contienda, que no fue ni la primera guerra civil en nuestro país, ni  tampoco la última. Un conflicto al que el escritor canario dedicó unos cuantos episodios y al que volverá en posteriores entregas.

          En cuanto a la trama, seguimos los pasos del protagonista principal de esta serie, Fernando Calpena, romántico personaje, incansable aventurero en la política y en temas del corazón, (ahh, el amor). En el primer caso sus buenas artes para la intermediación van a llevarle, convenientemente disfrazado, a adentrarse en territorio carlista con la idea de comprobar la disponibilidad de los mandamases carlinos a un posible final negociado de la contienda. Lo cierto es que a esas alturas de la guerra, los hechos (batallas) demostraban que el bando carlista iba a tenerlo muy difícil para vencer. Y más tratándose de la parte norteña del territorio faccioso, totalmente rodeado por las tropas cristinas. El parapeto de las montañas vasconavarras, por otra parte, complicaban la victoria definitiva de los constitucionales. Además dentro del bando faccioso habían empezado a surgir las discrepancias, diferentes formas de entender las cosas, desde como se llevaba la guerra hasta la disposición a un acuerdo con el gobierno de Madrid. En el fondo una división entre los más acérrimos y radicales y los más moderados, más propicios para llegar a un acuerdo, encabezados por el General Maroto, destino último de la intermediación de nuestro héroe Calpena.  Convenio, pacto, abrazo o armisticio que finalmente va a tener lugar y que nos va a retratar Galdós, como no,  de forma extraordinaria. Verdaderamente impresionante la narración de las negociaciones y el retrato personal del propio Maroto. Contradicciones, nervios, lamentaciones y dudas que uno puede comprender perfectamente a la vez que disfrutas como un enano con la lectura de al menos las 50 últimas páginas.