miércoles, 30 de enero de 2013

El Bosque Originario. Jon Juaristi



          Durante unos años Jon Juaristi se convirtió en todo un fenómeno literario. Creo recordar que fue hace unos 10 o 15 años, la primera vez que supe de su existencia al leer su nombre unido al número uno de ventas (vale, a lo mejor era el dos o el tres)  de un libro que llevaba por título "El Bucle Melancólico". He de decir que no tenía ni idea de que iba. Pero me informé,  se despertó mi interés, lo adquirí, lo leí y me gustó mucho. Si, me gustó, me sorprendieron tanto sus tesis como la forma en la que estaba escrito. Así que repetí, posteriormente me leí “Sacra Némesis” (una especie de continuación de "El bucle", pero con otro enfoque, este más religioso),  y finalmente me puse con  El Bosque Originario. Tal vez sea por que últimamente me está dando por estos temas religioso-mitológicos, que he vuelto a reelerlo. Merece sin duda la pena, interesante, interesante.
        Jon Juaristi (ex miembro de ETA y actual azote de nacionalistas, mayormente vascos) analiza con un vocabulario más que exigente (recuerdo que le dejé el Bucle Melancólico a un amigo y me dijo que tenía que mirar el diccionario para entender algo) las genealogías más importantes de la cultura occidental. Griega, Romana, Escita, Caldea, Celta y finalmente Aria. En todas ellas existe un punto en común: la búsqueda de un mito que nos lleva al inicio de las cosas, en un intento llevado a cabo por muchas personas a lo largo de la historia, con la idea de unir a su pueblo, a su procedencia, lo más cerca posible de la creación o directamente del creador. El bosque originario.









jueves, 24 de enero de 2013

Las grandes tradiciones religiosas. Joan Elías


             Al igual que Woody Allen en Annie Hall ¿O es en Manhattan? últimamente me ha dado por investigar un poco, por conocer un algo de eso de las religiones. Educado en un colegio de curas reconozco que eso de la creencia en Dios no es lo mío. Y tampoco lo era siendo bien pequeño ya que de vez en cuando era capaz de suspender (justamente) la asignatura de religión, una cosa, por tratarse de una mamandurria como diría Esperanza Aguirre, verdaderamente curiosa y que ha traído como consecuencia que tampoco tenga muy claro muchas de  estas cosas religiosas.

         Pero a diferencia de Woody mi búsqueda de conocimiento religioso no se debe a ninguna crisis personal ni al abismo de la muerte ni nada de eso. Pura curiosidad, que seguramente algo tenga que ver con el viaje a Japón, un lugar donde la religión, sintoísmo y budismo, está muy presente a pesar de la modernidad del país.

        Total, que sea por una cosa o sea por otra lo cierto es que en busca del conocimiento religioso saqué de la biblioteca este libro titulado Las grandes tradiciones religiosas, escrito por un tal Joan Elías, voy a ir terminando, y que si me ha resultado interesante. A lo largo de sus páginas se da un buen repaso a las principales religiones del mundo, (budismo, hinduismo y las tres monoteístas, judaismo, cristianismo y finalmente islamismo). Un repaso en toda regla a lo básico, a lo fundamental  de estas religiones pero que quizás, eso me ha parecido, tenga un algo de manual,  un algo de wikipedia, esto es, una presencia fría y científica de datos objetivos,  en algo  tan subjetivo como las creencias en el más allá.

miércoles, 16 de enero de 2013

After Dark. Haruki Murakami


         Encuentros nocturnos en una ciudad japonesa ¿Tokio?. En un bar, en un “love hotel”, en la calle, y también dentro de una casa, concretamente en una  habitación donde gracias a los superpoderes podemos acercarnos a otro de los personajes, la hermanísima. Y todo ello de noche, after dark vamos. Muy de noche. Desde las 12 horas hasta la siete de la mañana.

         Novela un poco extraña al igual que lo es Japón,  al menos a los ojos de un occidental,  país que la tuve oportunidad de visitar el pasado verano. Los personajes son unánimemente todos un poco oscuros, raros, raros: mafias, gente depresiva, inadaptados sociales, que diría alguno. Todos ellos interaccionan también de forma muy rara, rara. Insisto, el nivel de rarismo es muy alto y todo ello tiene lugar en un ambiente oscuro, nocturno, con los neones como única iluminación, o eso me parece a mi.

          Primera novela que leo de Haruki Murakami,  autor japonés al parecer de gran éxito y bastante conocido en Occidente. Según me informo el escritor es todo un especialista en retratar el Japón más oscuro, lleno de  personajes extraños. Un país  tan ordenado y planificado que seguramente, dicen algunos,  tiene que provocar en algunos ciudadanos cierta opresión a su libertad personal. O simplemente es que entre tanta gente tiene que haber de todo. A lo mejor un poco de las dos cosas.

¿ Me ha gustado su lectura?

Pss. Ni si ni no, más bien me ha aburrido un poquillo. La trama es tan oscura que por momentos ensombrece un poco también su lectura.

jueves, 10 de enero de 2013

Amsterdam. Ian McEwan


           Tercera novela de McEwan que me leo en tres meses. Desde luego todo un descubrimiento que recomiendo. Si, algo tienen que tener sus novelas para que acabes una y quieras empezar otra. Tal vez sea que sus tramas planteen asuntos interesantes, tal vez que escriba muy bien, tal vez que sus historias reflejen bien el mundo en el que vivimos o tal vez lo que sea. Sus novelas desde luego se leen  muy bien. Se puede decir que su escritura entra como el agua pese a tener la densidad de una Paulaner, se me ocurre esta cutre comparación.

           Amsterdam me ha vuelto a convencer. Aquí el autor británico nos cuenta las aventuras y desdichas de unos personajes, a los que les une su relación con una mujer recientemente fallecida. Y de paso nos vamos a dar una vuelta por la zona del distrito de  los Lagos en Inglaterra, para hacer  un poco de senderismo, conoceremos los pormenores y recovecos necesarios para construir toda una sinfonía del milenio, nada menos, y también nos adentraremos dentro de las redacciones de los periódicos en esos momentos en los que se decide o no, la  publicación de  fotos comprometedoras que pueden cambiar el signo de unas elecciones. Y tras estas historias, asuntos menos terrenales, más filosóficos o éticos, como el egoísmo, la falta de escrúpulos, el individualismo o en el fondo, el sentido de la vida, si es que esta tiene alguno. Si todos estos asuntos se tratan en apenas 150 páginas, muy amenas por cierto,  vuelvo a insistir.

lunes, 7 de enero de 2013

Memorial de Castilla. Manuel González Herrero


             Pocos se acordarán, yo mismo era un niño, de que cuando se inició en la década de los setenta el proceso autonómico una de las discusiones políticas más habituales era decidir que territorios pertenecerían a tal o cual comunidad. A muchos les sorprenderá saber que una provincia como Segovia se resistió a formar parte de la futura comunidad de Castilla y León. Este dato tiene cierta importancia para situar este Memorial de Castilla.

           El autor, dentro del contexto de su época fue un castellanista convencido y militante, un regionalista en un sentido del que es difícil no sentir simpatía. Uno reconoce que la palabra nacionalista, fase superior del regionalismo, no es muy de mi agrado. Separados frente a juntos. Si, eso no gustar. Aunque ya se sabe, por otro lado, que mejor solo que mal acompañado. Pero a pesar de esto, uno tal vez por ser castellano no puede evitar leer con mucho interés e incluso simpatía este libro en el que efectivamente se hace un encendida defensa de la particularidad castellana.

          Pero aunque decimos que una de las características del nacionalismo es el necesitar un contrario como afirmación, lo cierto es que el regionalismo que aparece en este libro también tiene un curioso opuesto... el antiguo Reino de León, región con la que finalmente se unió Castilla para conformar la actual  Comunidad Autónoma. En la tesis (histórica) del abogado segoviano se opone el carácter democrático, foral, comunitario y solidario de Castilla y de su pueblo (la primera democracia de Europa) frente a la corona de León, fuente de todos los males patrios posteriores. Si, León, para el autor, a lo mejor está en lo cierto a lo mejor no, representa la herencia visigótica con su código liber, su población mozárabe y unas estructuras sociales donde predominan los grandes propietarios y  la división social estricta.

            La Tesis de González Herrero es que con la unión de las dos coronas a Castilla le fue suplantado su carácter comunero y democrático, representado por instituciones tales como sus jueces de elección popular, sus fueros, su derecho consuetudinario y sus estructuras comunitarias representadas por las  comunidades de Villa y Tierra. Esto sucedió, si no me equivoco, en el siglo XIII y a partir de aquí las cosas empezaron a ir a peor. Es ese espíritu el que pretende recuperar el autor, justamente en una época de años 70-80 de plena efervescencia autonómica.

           Si resulta curioso esa identificación de Castilla con lo foral, lo comunitario y lo democrático, más resulta conocer que es para González Herrero geográficamente Castilla es básicamente montaña. Las llanuras cerealistas de la Tierra de Campos son leonesas. La vieja Castilla, la castilla primitiva y originaria es la que formarían las provincias (o actuales CCAA) de Cantabria, La Rioja, Burgos, Soria, Ávila Segovia, Guadalajara y Cuenca. Las llanuras manchegas y de la Tierra de Campos no forman parte de esta entidad histórica. Yo la verdad es que esto de que Castilla es montañosa no lo veo.

miércoles, 2 de enero de 2013

Sabado. Ian McEwan


                Un sábado cualquiera. Un día libre en la ajetreada vida de un neurocirujano. La rutina de un sábado más, en una semana más, en un año más. Y no, no hay queja alguna. La vida transcurre, para el protagonista, placida y diríamos que feliz. Puede ser la vida de millones de personas (no todos neurocirujanos) en Occidente. Al protagonista, Perowne, en una noche de agradable insomnio, asomado a una ventana le da por reflexionar, pensamientos que el autor, hay que decir, refleja de forma magistral, recreándose, esto es marca de la casa, en el mínimo detalle. Es el comienzo tempranero de un día cualquiera, en este caso un relajado sábado, en el que también van a suceder cosas que no son tan cotidianas. Un avión de vuelo  errático, una manifestación contra la guerrra de Irak, un accidente de tráfico...y más.

          Segunda novela que me leo del autor británico y confirmación de que estamos ante un escritor de categoría mayúscula. Si  Expiación me pareció realmente buena, este Sábado, no le va a la zaga. Su manera de describir minuciosamente hechos y pensamientos es sobresaliente. Realmente impresiona su manejo del idioma, (aunque se lea traducida¡¡), pero uno por momentos no puede dejar de sospechar que el autor, consciente de este don, parece a veces recrearse en el más pequeño detalle, como regodeándose por momentos en su maestría.

Ian
 
           Son muchas cosas las que me han gustado de Sabado y pocas las que me han chirriado un poco (aunque las hay). Sobresaliente resulta su forma de introducirnos en la mente del protagonista, al que a pesar de la distancia, como la que hay entre realidad y ficción, podemos entender perfectamente. Su plena coherencia. Y a través de él, no solo se describe la vida de la amplia clase media de Occidente (¿estará en peligro?),  si no que que además se reflexiona sobre nuestra sociedad. A destacar el tema de la guerra de Irak. Hay que decir, que la novela está ambientada en los días previos a la invasión de este pais del medio oriente y el autor hay que agradecerle como nos plantea, a través del padre y de la hija,  diferentes posturas ante este acontecimiento. Todas sensatas, razonables y coherentes. Y hay que decir que ambos tienen razón, ambos exhiben razonamientos a su modo inapelables.

     Un pequeño/little spoiler: lo cierto es que el final me ha chirriado un poco. No digo que esté mal, por que no es así, me ha gustado de hecho, pero se producen algunos acontecimientos que desde mi modesta opinión resultan menos creíbles, sobre todo lo relacionado con la operación de Baxter. Seguramente, después de haber leído alguna entrevista al autor, se deba a que pretendía contarnos alguna cosa más como el perdón,  o como cambia la vida en un instante, lo que está muy bien, pero no sé, no me acaba de convencer. Es una opinión.

martes, 1 de enero de 2013

Castilla: Negro sobre Rojo. De Enrique IV a Isabel la Católica. Segovia. Manuel González Herrero


           Como consecuencia de la resaca producida por la visión de la serie televisiva Isabel he vuelto a releer este librito en el que el abogado e historiador segoviano Manuel González Herrero realiza una defensa, encendida podríamos añadir, del monarca Enrique IV, uno de los principales protagonistas de la serie y  uno de los personajes más complejos (e interesantes) de la historia de nuestro país.

          Y es que Enrique IV ha pasado a la historia, y así lo refleja la serie, como un monarca débil, ambiguo, sin carácter y sobre el que había grandes sospechas de un extraño, por decirlo de alguna forma, comportamiento personal. En toda la historia patria, pocos habrán sido los monarcas tan vilipendiados como este, ensañamiento tal en el que se incluye la grave ¿o interesada? acusación de que su única hija, Juana no lo fue realmente suya.

        Manuel González Herrero nos va a  aportar una  visión algo diferente. Su teoría es desde luego bien distinta a la tradicionalmente aceptada. Y es que para el abogado la imagen que ha llegado hasta nuestros días del cuarto Enrique ha sido la que interesadamente se han encargado de construir aquellos que estaban detrás del partido isabelino. Desde los cronistas que escribirían casi a sueldo, entre ellos el famoso Alonso de Palencia, a la propia corona aragonesa interesada según el autor en su alianza con Castilla, pasando obviamente por la propia Infanta, luego reina Isabel y por supuesto los nobles que sabían serían recompensados por su tarea. Buen ejemplo de esta última idea la tenemos en la figura del converso Cabrera, marido de la amiga y dama de compañía de la futura reina Isabel,  Beatriz de Bobadilla, el cual, según el autor, y a diferencia de lo que se refleja en la serie televisiva, engañó la confianza del rey Enrique.